El 29 de agosto de 1975 el Presidente Carlos Andrés Pérez
puso el «ejecútese» a la Ley que reserva al Estado venezolano la industria y el
comercio de los hidrocarburos, con lo cual quedó nacionalizada la industria
petrolera. Veinte años después, el gobierno aplicó la política de apertura
petrolera.
Sin embargo, no fue hasta el 1º de Enero de 1976 que entró en
vigencia la Ley de Nacionalización de la Industria Petrolera.
UNA SEMBLANZA DE VENEZUELA Y SU PETRÓLEO
(Humberto Peñaloza)
DE UN PAÍS A OTRO, SIN MOVERNOS
En 1914 el pozo Zumaque descubre el campo Mene Grande en la
costa oriental del lago de Maracaibo y su petróleo abre para Venezuela los
mercados energéticos mundiales. Surgió de allí una gestión que, con recursos
financieros, tecnológicos y gerenciales provistos y manejados por empresas
petroleras foráneas, llegó a extenderse por todas las cuencas sedimentarlas del
país y dio significativas proporciones internacionales a la explotación de los
recursos petrolíferos venezolanos. La creación por el Estado de la Corporación
Venezolana del Petróleo en 1960 y la participación directa del capital privado
nacional en esa explotación a partir de 1969 con Petrolera Mito Juan, Talon
Petroleum y Petrolera Las Mercedes, no lograron modificar el carácter
predominantemente concesionario y foráneo de la industria del petróleo
venezolano, ni aminorar sus efectos extranjerizantes.
En las seis décadas que separan el descubrimiento de aquel
primer campo petrolero gigante y la terminación por ley del régimen
concesionario de hidrocarburos el 31 de diciembre de 1975, el petróleo
participó en la vida venezolana como el elemento más dinámico, determinante y
decisivo de la transformación política, económica y social experimentada por
Venezuela. De un país de economía atrasada, producto de una explotación rudimentaria
del campo, con renglones agrícolas responsables de una escasa generación de
divisas y con una población mayoritariamente rural/analfabeta, regida por
gobiernos dictatoriales caudillescos, pasamos a ser otro país, de mentalidad
minera, con una economía dependiente de la explotación del petróleo, una
producción agropecuaria insuficiente para atender la demanda doméstica y una
población dominantemente
urbana/indisciplinada, regida por gobiernos partidistas elegidos por el voto
popular.
¿COMO SE EXPLICA LA OCURRENCIA DE ESTOS CAMBIOS?
En el campo económico, la estructura productiva construida en
la década de los años cincuenta y sesenta fue el resultado de la superposición
del poderoso sector industrial extranjero del petróleo sobre la débil y tradicional
economía agrícola del país. La convivencia por tantos años, forzada, de los dos
sectores se resolvió a favor de la actividad foránea y así llegamos a ser,
básicamente, monoproductores y monoexportadores de petróleo para el importante
mercado norteamericano. La Segunda Guerra Mundial y una disponibilidad
creciente de dólares fueron aprovechadas por el comercio importador para
orientar sus compras hacia Estados Unidos, marginando a los proveedores
tradicionales de Europa. Con la muleta petrolera, los capitales extranjeros
penetraron también el sector manufacturero y los servicios, haciendo cada vez
más precario el equilibrio en las relaciones intersectoriales. Los
inversionistas privados, tanto nacionales como foráneos, tomaron la industria
petrolera como punto de referencia y por eso su ritmo de capitalización -al
mover resortes psicológicos- pudo promover alzas o bajas en el crecimiento
económico general del país. Es así como el petróleo estableció las graves
características de dependencia que gravitan sobre la economía venezolana.
Esa dependencia ha tenido variadas manifestaciones.
El petróleo hizo posible, al mantener el continuo crecimiento
del gasto público, un aumento de la capacidad productiva, pero sin que se
contemplaran la armonía y sustentación propia del complejo productivo. El
petróleo también hizo posible, por la misma vía del gasto público, elevar el
nivel de vida de un sector de la población, pero en coexistencia con grandes
masas campesinas y urbanas marginadas; progresivamente se abrieron las brechas
de insuficiencias en los renglones de educación, vivienda y empleo de grandes
sectores populares; también resultaron insatisfechos los requerimientos mínimos
de alimentación y sanidad en una población creciente; y por último, quedaron mediatizados
en forma agresiva los valores de nuestra cultura.
La incidencia del petróleo en los cambios de la envolvente
política registrados a partir de 1914 es evidente, como se desprende de las
siguientes observaciones planteadas por el historiador Ramón J. Velásquez en el
libro Venezuela moderna (1976):
. La aparición del petróleo y su inmediata explotación por
parte de las compañías norteamericanas e inglesas crearon problemas de gobierno
y administración desconocidos para entonces.
. En la década de los veinte, los cambios en proceso
coincidieron con el surgimiento de una generación interesada en buscar solución
al problema de la libertad. Febrero de 1928 identifica al movimiento
estudiantil y político más importante registrado durante las cuatro primeras
décadas del siglo XX venezolano.
. Con la muerte de Juan Vicente Gómez, en 1935, terminaron 27
años de una menguada vida política, sin partidos ni organizaciones sociales de
lucha. Fue la oportunidad que aprovecharon las nuevas generaciones para iniciar
las modernas empresas políticas que desde entonces han estado presentes en la
vida nacional.
. 1943 es el año de la nueva Ley de Hidrocarburos, de la
promulgación de la primera Ley de Impuesto sobre la Renta y de la creación de
un grupo de trabajo para elaborar la primera Ley de Reforma Agraria.
. El fin de la Segunda Guerra Mundial, en agosto de 1945,
vino a ser un factor de primerísima importancia en la transformación de los
hábitos políticos en Venezuela. Eliminada la presión bélica que existía sobre
el abastecimiento petrolero, el vacío fue ocupado por la actividad política
desatada en el país, suerte de mezcla explosiva de aspiraciones populares y
descontento militar, que finalmente estalla el 18 de octubre de 1945. Se
produce el ascenso de la democracia y la implantación de la soberanía popular.
. En el trienio 1945-1948 ocurren en el país grandes
acontecimientos políticos y sociales que determinaron el rumbo futuro de
Venezuela: presencia de los modernos partidos políticos en las tareas de
gobierno, sindicalización del proletariado, fundación de la Confederación de
Trabajadores de Venezuela, incorporación del campesinado a las luchas
político-sindicales y aparición de una clase media con mentalidad moderna.
. Cuanto el país había ganado en la etapa 1936-1948, en el
camino de imponer en Venezuela una institucionalidad democrática, se pierde en
los diez años siguientes a la sombra del régimen represivo y corrupto de Marcos
Pérez Jiménez.
. En enero de 1958 se restablece el rumbo democrático y
pluralista del país. La alternabilidad republicana se manifiesta en los gobiernos
libremente electos de Rómulo Betancourt (1958), Raúl Leoni (1963), Rafael
Caldera (1968) y Carlos Andrés Pérez (1973). Estos gobiernos, en cumplimiento
de postulados nacionalistas de propiedad, soberanía y desarrollo, procuraron
una mayor participación fiscal en el negocio petrolero, un control más efectivo
sobre esta industria vital para la economía nacional y una mayor incorporación
gerencial y operativo venezolana en todas las fases industriales de los
hidrocarburos.
En cierta forma, la explotación industrial del petróleo
venezolano durante el régimen concesionario estuvo presente en el origen de la
posición nacionalista de los partidos políticos venezolanos y fue la materia de
discusión más común en los procesos electorales celebrados entonces en el país.
LA ESTATIZACION PETROLERA
El 1 de enero de 1976 las propiedades, plantas y equipos de
las compañías concesionarios extranjeras, así como los modestos activos de las
concesionarios venezolanas, pasaron a ser pertenencia del Estado, y es la República
de Venezuela la que, desde ese momento y mediante un grupo de empresas de su
propiedad, planifica, resuelve, financia, ejecuta y controla todas y cada una
de las actividades propias de la industria petrolera.
Esta modalidad, que se entendía inspirada en el propósito de
optimar los términos del beneficio nacional, ha debido traer consigo cambios
importantes, tanto del estamento político como de los organismos económicos y
sociales del país. Pero tal cosa no ha ocurrido, a pesar de la inyección de 274
mil 200 millones US dólares que Petróleos de Venezuela ha proporcionado a la
economía del país en los últimos 21 años (1976-1996, ambos incluidos). De ese
monto, 175 mil 600 millones US dólares han terminado en el fisco nacional como
impuestos petroleros; es decir, el equivalente al 60% de los ingresos por
ventas de la industria en el mismo lapso.
Con el petróleo explotado por el Estado venezolano hemos
debido avanzar en el desarrollo integral y armónico de Venezuela, en esa obra
transformadora de: 1. Modernización política e institucional; 2. Crecimiento
económico diversificado, pero selectivo; 3. Mejoramiento social con elevación
de la calidad de vida; 4. Esplendor moral; 5. Vigencia plena del Estado de
derecho, y 6. Preservación del medio ambiente.
Pareciera que hasta tanto el país no alcance un grado
superior de desarrollo integral y armónico, el petróleo continuará siendo
"el rabo que mueve al perro", como lo ilustra la frase norteamericana
con tanta claridad, por varias razones:
. Con la estatización petrolera cambiamos la propiedad de la
planta productiva, la cabeza formuladora de objetivos a largo plazo y de
estrategias para lograrlos, y la fuente de las decisiones fundamentales, pero
no es menos cierto que queda en pie el grado de dependencia que tiene la
economía venezolana con respecto a las exportaciones de petróleo crudo y
productos refinados.
. Tampoco se vislumbra en el país, en un horizonte de 20
años, algún renglón capaz de desplazar al petróleo como generador de divisas,
ingresos fiscales y otros recursos en los montos y frecuencia que demanda el
financiamiento del desarrollo venezolano.
. Se ha modernizado y expandido la planta industrial del
petróleo, pero no han cambiado ni la mentalidad rentista del estamento político
ni la actitud paternalista del Estado.
. Ha ocurrido un redimensionamiento de la industria del
petróleo venezolano, liderada por Petróleos de Venezuela al punto de que ahora,
se cuenta entre las potencias petroleras de primer orden a escala mundial, pero
no se avanza paralelamente en el desenvolvimiento del país, por lo menos en
proporción con los recursos que el petróleo ha puesto a la disposición de la
economía en su conjunto y del Estado en particular.
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